El viernes 8 de abril comenta Lorena en skype que viajará a Madrid con su jefe a una conferencia tripartita en Madrid. Me pregunta si quisiera que nos encontráramos y pasar un día juntas. Desde luego siempre quiero ver a mi hija si es posible, así es que apenas confirmó la compra de su pasaje compré el mío: Copenhague-Praga-Madrid / Madrid-Copenhague. Cuatro días más tarde me aventuraba a un encuentro completamente inesperado, y como todos mis encuentros con mi hijs, intenso y cálido.
Lorena arribó el miércoles 13 temprano y empezó su trabajo de inmediato después de haber viajado toda la noche desde Nueva York. Yo llegué a las 15 al hotel, cansada porque mi viaje había empezado a las 6 de la madrugada, una hora inhumana en mis costumbres.
Lorena se concentró en su trabajo de miércoles a viernes. Miércoles y jueves terminó tipo 9 de la noche, pero el viernes terminó su jornada a las 3, por lo que pudimos salir de día a pasear. Las noches anteriores también salimos, pero fueron paseos más cortos. Mi mal olfato climático, con excepción de un pantalón, me inclinó a empacar ropa de invierno, pero en Madrid había unos espléndidos 26 grados, por lo que durante toda mi estadía anduve con la misma ropa.
Nuestra documentacón no incluye nuestro paseo por la Puerta del Sol y la Plaza Mayor. |