MADRID 2011

Miércoles 13 a lunes 17 de abril

El viernes 8 de abril comenta Lorena en skype que viajará a Madrid con su jefe a una conferencia tripartita en Madrid. Me pregunta si quisiera que nos encontráramos y pasar un día juntas. Desde luego siempre quiero ver a mi hija si es posible, así es que apenas confirmó la compra de su pasaje compré el mío: Copenhague-Praga-Madrid / Madrid-Copenhague. Cuatro días más tarde me aventuraba a un encuentro completamente inesperado, y como todos mis encuentros con mi hijs, intenso y cálido.

Lorena arribó el miércoles 13 temprano y empezó su trabajo de inmediato después de haber viajado toda la noche desde Nueva York. Yo llegué a las 15 al hotel, cansada porque mi viaje había empezado a las 6 de la madrugada, una hora inhumana en mis costumbres.

Lorena se concentró en su trabajo de miércoles a viernes. Miércoles y jueves terminó tipo 9 de la noche, pero el viernes terminó su jornada a las 3, por lo que pudimos salir de día a pasear. Las noches anteriores también salimos, pero fueron paseos más cortos. Mi mal olfato climático, con excepción de un pantalón, me inclinó a empacar ropa de invierno, pero en Madrid había unos espléndidos 26 grados, por lo que durante toda mi estadía anduve con la misma ropa.

Nuestra documentacón no incluye nuestro paseo por la Puerta del Sol y la Plaza Mayor.

Hotel Meliã Castilla

Nos alojamos en el Meliã Castilla, un hotel 5 estrellas ubicado en Capitán Haya 43, una calle paralela al Paseo de La Castellana, a unas 4 cuadras del estadio Santiago Bernabeu. Lorena reservó una habitación doble, por la que tuvo que desembolzar 165 euros por noche, una cantidad respetable para bolsillos poco pródigos en metálico como el mío.

Museo del Jamón

En mi peregrinaje del metro Cuzco al hotel, recorrido que hice dando la hora por todo el vecindario pasé por un lugar que me pareció adecuado para un café, pero con mi maleta a la rastra, mi primer objetivo era hacer el check in en el hotel. Luego de dejar mis cosas y cambiarme a un atuendo más apropiado para el calor de Madrid me dirigí hacia el lugar que había llamado mi atención. Era un restaurante de comida rápida con un decorado muy particular: una interminable cantidad de jamones que colgaban del techo, luego supe que era el Museo del Jamón.

Allí pasé algunas horas saboreando un café y un croissant caliente con jamón y queso mientras iniciaba la lectura de From Being to Doing, de mi nuevo ídolo: Humberto Maturana, además de leer sobre la reunión tripartita en el diario El País.

El día anterior a mi regreso pasé a comprar dos piezas de jamón ahumado, que luego he disfrutado recordando este lindo e inesperado viaje.
Santa Ana El Escorial La Latina1 La Latina2 C B A El Prado Reina Sofía El Beso El Rastro Martín

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