Hórreos
Podemos
considerar a los hórreos como antiguos almacenes rurales
cuya función era guardar el grano o cualquier otro producto
agrícola, preservándolos de la humedad.
El
hórreo autóctono montañés es de planta
rectangular. Se alza sobre cuatro pilastras troncocónicas
de piedra, o más bien de madera de castaño o de
roble, rematadas con losas de piedra sobre las cuales se apoyan
las vigas de madera. La función principal de las losas
es la de evitar que los roedores trepen por las patas del hórreo
y se coman el grano. Los cerramientos laterales son de maderas
verticales, y sobre ellos se levantan el tejado a dos aguas.
La
entrada al hórreo se realiza por la parte frontal, a través
de un gran hueco enmarcado por pilastras de madera. Sobre el dintel
suele ir grabada una leyenda y la fecha de su construcción.
Interiormente
suelen estar divididos en cinco compartimentos: uno de entrada,
dos de pequeño tamaño, a ambos lados y otros dos
mas grandes situados al fondo. El acceso al interior del hórreo
se hace a través de una doble escalinata exterior de piedra
que termina en una plataforma situada casi un metro por debajo
de la entrada. Esto tiene como objeto evitar que los roedores
puedan entrar al interior.
Una
característica común a todos los hórreos,
es la ausencia total de clavos en su construcción. La unión
de las piezas se realizaba mediante un complejo sistema de ensamblaje
y, solo en algunos casos, se empleaban espigas de madera.
El hórreo Goitia
Con muchas modificaciones desde su construcción, este hórreo
es el edificio más antiguo del caserío Narea y pertenece
a la casa Goitia. Está declarado monumento histórico.
La placa dice Goitiko Garaia, XVI. Mendeko garaia.
Las partes más antiguas son los pilares de piedra
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