BILBAO
El territorio
donde se asienta Bilbao estuvo poblado desde muy antiguo, mucho
antes de su fundación como villa, y así lo atestiguan
los hallazgos arqueológicos, escasos pero contundentes,
encontrados en su subsuelo. La historia de Bilbao propiamente
dicha, se inicia con la Edad Media, cuando aparece ya como un
embrión de enclave comercial, que comienza a desarrollarse
desde los primeros momentos del medievo.
Aquel precedente asentamiento marinero y mercantil adquirió
el título de Villa por Privilegio de D. Diego López
de Haro V, Señor de Bizkaia, el 15 de junio del año
de 1.300, en el que se le concedió su Carta Puebla fundacional.
En su
inicial desarrollo hay que anotar la influencia del Camino Jacobeo
de la costa. El viejo puente a orillas de la Ría permitia
vadear dicho entrante de mar a los peregrinos que caminaban hacia
Santiago de Compostela, lo cual daba lugar a un continuado trasiego
comercial y cultural. Bilbao era, además, un punto límite
del camino terrestre que procedente de Castilla y atravesando
el Señorío de Bizkaia, buscaba el mar y la ensenada
marinera de la Ria que servía de puerta para introducir
mercancías extranjeras hasta las Ferias de Castilla y para
exportar la lana castellana hacia los países del Centro
y Norte de Europa.
En aquella
Carta Fundacional se concedía a la nueva Villa la jurisdicción
completa sobre toda la ría, que sería por eso llamada
"Ría de Bilbao" y establecía en torno
a ésta unos límites municipales que abarcaban la
cuenca baja del Ibaizabal - Nervión, es decir, lo que hoy
es la Comarca del Gran Bilbao o Bilbao Metropolitano, un hecho
geopolítico claramente advertido por el fundador de esta
Villa.
El nacimiento
y el desarrollo de Bilbao estuvieron, por tanto, íntimamente
unidos a su geografía. La ría, los montes, sin el
componente básico de su orografía a la cual la villa
ha ido adaptando su crecimiento urbano. El
río Ibaizabal (rio ancho o abierto), tras recibir a sus
afluentes el Nervión y el Durango, se convierte en Ría
por la influencia de las mareas y recibe aguas salobres desde
unos 14 Kms antes de su desembocadura en el mar.
Justamente en ese lugar de encuentro de las aguas, es donde Bilbao
inició su andadura, al abrigo de invasores y piratas. Eran
precisamente las mareas las que permitían y permiten aún,
en pleamar, a las mayores naves remontar la barra de arenales
en la desembocadura de la Ría (El Abra) y continuar su
navegación hasta tierra adentro, a la búsqueda de
un refugio seguro y de una economía en puerto.
Ría de Bilbao
Así, Bilbao nació y se desarrolló junto al
medio de transporte marítimo - fluvial y no lejos de las
minas de hierro y de las ferrerías que alimentaban su comercio.
La villa
nació, por tanto, gracias a su buena disposición
estratégica y su ría navegable, lo que le permitió
ofrecer al comercio vizcaíno y castellano una segura salida
al mar y una conexión privilegiada con las rutas internacionales.
Precisamente, allí a donde morían las mareas, entre
ambas orillas del río, que ya era ría, donde confluían
los caminos de Francia y de Castilla, por los que llegaban y salían
los peregrinos jacobeos, los comerciantes y los viajeros, allí
se fundó la Villa de Bilbao.
San Antón De su ubicación primitiva en la orilla
izquierda, en lo que hoy se conoce todavía como "Bilbao
la Vieja", la puebla de Bilbao saltó a la margen derecha
de la ría, sobre un amplio meandro, en terrenos pertenecientes
a la hoy anexionada anteiglesia de Begoña. El núcleo
primitivo de la villa amurallada se configuró en esa margen
derecha junto al puente y alcázar donde hoy se levanta
la iglesia de San Antón.
En los siglos XV y XVI, Bilbao se convierte en el centro más
dinámico del Señorío de Bizkaia; sus naves,
sus ferrerías, los astilleros y mercaderías crean
un mundo en ebullición que se plasmará en al año
1.511 en la concesión, por la reina Juana, de un Consulado
de Comercio y Casa de Contratación propio.
Desde
esos muelles del Casco Viejo mantuvo Bilbao sus relaciones comerciales
norteuropeas de la Baja Edad Media y las atlánticas de
los primerso siglos de la Modernidad. Los mercaderes de la villa
crearon una Cofradía de Mareantes y mantuvieron intensas
relaciones con Brujas, Nantes y otras villas marítimas
del atlántico europeo. Después comenzó el
comercio con Inglaterra y más tarde con las colonias de
América. Bilbao y el Señorío entraron así
en la Carrera de Indias.
Fuente: Bilbao
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Bilbao,
capital de Biskaia
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