La
feria de los miércoles es una actividad obligada para los
habitantes de la zona de modo que apenas nos acomodamos emprendimos
rumbo a Réalmont.
Todas las ferias tienen su encanto, aquí había verdeuras,
frutas, condimentos, panes, pasteles, fiambres, paté, comida,
ropa, en fin. El pueblo parecía haberse concentrado en la
plaza.
Mención especial merece la compra del paté de canard
con 35% de foie gras. Micheline recomendó un puesto para
comprarlo. Después de manosear todos los tarros, consultar
sobre diferencias y probar todo lo que pude me decidí por
unos tarros por los que pagué la astronómica suma
de 8 euros por cada uno. Dejé uno en casa, me traje uno y
el tercero se lo regalé a Attila. |
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