<%@LANGUAGE="VBSCRIPT" CODEPAGE="CP_ACP"%> Tournezie
TRAS LA HUELLA DE LOS CÁTAROS
13 - 24 de julio 2008
DÍA 4
MiÉRCOLES 16 DE JULIO


Luego de una espera de una hora en la estación de Toulousse tomamos el tren a Albi. Llegamos a las 8 de la mañana. Allí nos esperaba Monique en un auto medio destartalado que estaba reemplazando al auto recién comprado de Micheline, su madre. Los planes de movilizarse en el auto nuevo se habían ido al carajo con el accidente que había sufrido Micheline hacía unos días cuando a causa de un accidente en una pierna no había podido frenar apropiadamente y había terminado medio incrustada no recuerdo si en otro auto o en un árbol. Como sea, se las habían arreglado para conseguir prestado el auto destartalado en el garage que arreglaba el auto nuevo.

En realidad el auto no estaba más destartalado que el mío, que un buen día que no encontré el freno se detuvo en la puerta del garage y quedó menos presentable de lo que ya estaba.

La finca de Micheline tiene el nombre La Tournezie (Barrio Nuevo) y está ubicada en una aldea de casas dispersas llamada Ronel, perteneciente al canton de Réalmont y al distrito de Albi en el departamento de Tarn, Pirineos centrales. Ronel ocupa una superficie de 10 km2 y hace 10 años tenía 198 habitantes, un número que ha permanecido prácticamente igual los últimos 45 años.

La finca había pertenecido a la familia paterna de Monique y desde que habían ingresado al padre en una casa de ancianos, hacía unos seis meses, vivía Micheline sola. No sé exactamente la extensión de la finca, porque aparte del terreno donde está la casa hay tierras en arrendamiento a los alrededores. La finca de la familia de Micheline quedaba no muy lejos, pero había vendido la casa no hacía mucho tiempo conservando algunos terrenos, que también están en arrendamiento. En suma, Micheline es una terrateniente!!!
Micheline tiene la edad de mi padre, 78 años. Se ve muy bien, es muy agradable y tiene una paciencia de santa. Nos habíamos enterado de su preocupación en torno a cómo nos comunicaríamos. Ella habla francés, pero nada de español, aunque el occitan que es el idioma de la zona se parece al catalán y por ese camino medio retorcido tenía la esperanza de poder entender. En realidad era nuestra tarea aprender francés. Por mi parte mostré un penoso nivel de francés. No sé dónde quedaron sepultados mis años de francés en la escuela, el año de francés en la universidad y otras yerbas. Mis nuevos idiomas dominan la situación en momentos donde deberían quedar rezagados. Micheline hacía muchos esfuerzos por comunicarse, lo cual me emociona y aprecio muchísimo. En cambio yo daba un espectáculo lamentable cada vez que quería contestar a preguntas simples, mejor me ahorro detalles de esos olvidables momentos. Por el contrario me quedé admirada de Lorena, que con un par de clases de francés pudo comunicarse con Micheline y luego con Jacky. Por algo son fan de mi hija....
El primer piso tiene dos salas muy espaciosas, una cocina pequeña y un baño. En el segundo piso hay 4 habitaciones amuebladas con muebles antiguos preciosos. Monique me cedió gentilmente su dormitorio y ocupó uno de visitas que está al lado; Lorena y Guilhem se acomodaron en el segundo dormitorio de visitas. Todos nos sentimos muy cómodos en camas bien anchas, un lujo.

Del techo de mi habitación colgaba una especie de timbre. Llegué a pensar que era para llamar al personal de servicio... después de dar vueltas al asunto consideré la posibilidad de que se tratara del interrumptor de la luz, lo que comprobé cuando me atreví a apretar y quedé a oscuras.

Los baños en este país son muy curiosos, pero tienen su lado práctico. El inodoro, sin lavamanos, está ubicado en un espacio aparte del resto del baño.
Apenas nos acomodamos y tomamos desayuno fuimos a Réalmond, a la feria semanal de los miércoles ......

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