Cordes
responde filmente a la propaganda de ciudad medieval bien conservada.
A ratos parecía que de cualquier puerta aparecería
un habitante en dirección a la plaza o a la iglesia.
La ciudad fue revivida a mediados del siglo pasado por artistas
y otros visitantes que se sintieron impresionados por su belleza.
Albert Camus la visitó en los años 50 y dijo que
"en Cordes todo es hermoso, incluso el arrepentimiento".
El pueblo tiene una superficie de 8,27 km2 y una población
de apenas 999 almas. En 1993 Cordes fue rebautizada como Cordes-sur-Ciel
para indicar la ubicación de la ciudad en un cerro, más
arriba de las nubes que cubren el valle.
Como todo turista profesional, compré un puzzle para mi
hijo y cerámicas para Anette, Melania y myself. Al final
de la visita nos sentamos en un café a tomar una gaseosa.
Aproveché de despachar las postales que había escrito
la víspera.