<%@LANGUAGE="VBSCRIPT" CODEPAGE="CP_ACP"%> París
TRAS LA HUELLA DE LOS CÁTAROS
13 - 24 de julio de 2008

Nunca me habría imaginado que después de tantos años viajaría a Francia dos veces durante un mismo semestre. En febrero de 1983 me había perdido el viaje a París con mi madre y mi hermana Magaly durante el clásico recorrido por Europa en un mes cuando decidí devolverme sola a Patras desde Brindisi. Con 100 dólares en el bolsillo y la decepcionada bendición de mi madre me fui a vivir la aventura amorosa que en gran medida definió lo que siguió de mi existencia, y me perdí el resto del viaje.

En enero de 1996 había estado en una cortísima visita de tres días en París. Fue uno de los inviernos más duros que he vivido; en París hacía un frío que calaba los huesos y en el sur de Suecia la nieve no dejaba de caer y cubrir todo de blanco; el agua del Öresund estaba congelada y el tradicional paso entre Dragør y Malmö estaba cerrado. Doce años después, este año, estuve en enero con Cynthia y en julio con Lorena y Guilhem.

El viaje había sido programado por Lorena y Guilhem desde Cuba. El pasaje a París fue una gentil invitación de Lorena y el tramo de París a Albi corrió por cuenta de Guilhem. Yo colaboré modestamente con los pasajes desde Kastrup a casa a nuestro regreso.

Una semana antes Lorena y Guilhem habían viajado desde Cuba a Estocolmo, donde habían estado en casa del padre de Lorena hasta el día del viaje a Francia.



* El relato de este viaje será tipo diario para facilitarme las cosas. En primer lugar tuve la precaución de anotar los acontecimientos más relevantes de cada día en una libreta y en segundo lugar es más práctico porque no mezclo las cosas, aunque acabo de demostrar que mi memoria registra hechos pero no necesariamente en estricta relación con al calendario y el reloj.
VIAJES
NAREA