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TRAS
LA HUELLA DE LOS CÁTAROS
13
- 24 de julio 2008 |
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DÍA
3
MARTES
15 DE JULIO |
QUARTIE
LATIN
Después de desayunar y de comer un sandwish en uno de los
cafés al paso en Abesses nos dirigimos al Barrio Latino,
donde Guilhem había vivido unos años con su padre.
Nos mostró dónde habían vivido, su escuela
y el cine donde solía pasar los días, en vez de ir
a la escuela. Guilhem tenía una cita con un productor así
es que luego de indicarnos cómo volver solas a casa desapareció.
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Le
Quartier Latin está ubicado en la orilla izquierda del Sena,
en las proximidades de Universidad de La Sorbona. El barrio debe
su nombre a que durante la Edad Media los estudiantes hablaban el
Latín como lengua académica, este era el distintivo
del barrio, donde la población era eminentemente estudiantil.
Desde la Edad Media los estudiantes residentes en este barrio tuvieron
gran influencia en la vida de París y en consecuencia de
Francia, destacando además por su militancia política
los movimientos estudiantiles de los siglos XIX y XX, durante los
cuales floreció el blanquismo, una doctrina revolucionaria,
ahí encontraron refugio los carboneros y en sus calles se
instalaron las barricadas durante la Comuna de París. Fue
el espacio central de los acontecimientos del Mayo Francés
del 68.
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Almorzamos
en un restaurante chino que vende comida por peso. El precio era adecuado
pero no exagero mucho si digo que es una de las peores comidas chinas
que he probado. Para pasar el mal rato tomamos un helado en forma
de rosa, muy rico menos mal. Mi herido paladar no habría soportado
otro revés.
Como dije, reconocí el lugar donde habíamos estado con
Cynthia, caminamos por la calle donde hay una tienda que vende matriuskas
y otras figuritas rusas. Entramos un momento con Lorena. Al final
de la calle había vendedores de acuarelas y libros viejos,
entretenido. |
Esa
noche viajábamos al sur así es que nuestra visita
por el Barrio Latino fue en realidad algo breve. Regresamos a casa
tipo 5 de la tarde y nuevamente compré sandía antes
a la pasada, y nuevamente me la comí casi toda apenas llegamos.
Guilhem ya estaba en casa. Cenamos y nos preparamos para el viaje.
Guilhem había comprado pasajes con cucheta, lo cual hacía
el viaje más corto y llevadero. Tomamos el metro para llegar
a la estación donde salía el tren. En el compartimento
ya había dos personas acostadas de modo que acomodamos nuestros
bártulos y nos dispusimos a dormir. El tren llegaba a las
6 a Toulousse y después de una hora de espera salía
el tren a Albi, donde nos esperaría Monique.
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El
viaje transcurrió sin sobresaltos. Raphael había pedido
permiso para ausentarse del trabajo el lunes 21 y el martes 22, día
en que ambos teníamos cumpleaños, sólo que yo
había acumulado algunos más que él. Viajaría
el viernes en la noche. |
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VIAJES
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NAREA |
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