<%@LANGUAGE="VBSCRIPT" CODEPAGE="CP_ACP"%> París
TRAS LA HUELLA DE LOS CÁTAROS
13 - 24 de julio 2008
DÍA 2
LUNES 14 DE JULIO
DES TULLERIES
LES INVALIDES
SESIÓN DE PELÍCULAS DE TERROR

APUNTES SOBRE EL DÍA NACIONAL DE FRANCIA Y OTROS DEVANEOS HISTÓRICOS
LA LÉGION D'HONNEUR DE PHILIPPE COLOMBANI

DES TULLERIES
En fin, sigo con el relato del viaje, que inevitablemente tendrá más datos históricos. El día 14, segundo día de nuestra estadía en Francia, Guilhem tuvo la gentileza de llevarme a los jardines de las Tullerías y a Les Invalides. Había prometido también llevarnos, en la noche, a un lugar a ver los juegos artificiales con que cada año termina la fiesta nacional.

Después de un rico desayuno que nos preparó Guilhem nos dispusimos a iniciar nuestro recorrido por París. Tomamos el bus en el mismo lugar donde solíamos tomarlo con Cynthia casi 6 meses atrás, antes del cementerio de Montmartre.

Nos bajamos del bus frente al Louvre. Los jardines empiezan por este lado con la columna que aparece abajo y cuyo nombre no tengo en mis registros.

Los jardines de las Tullerías es lo único que queda del que fuera uno de los palacios más importantes de la monarquía francesa. La parte más importante de este palacio y los jardines habían sido construidos bajo las órdenes de Catalina de Médecis (1519-1589), esposa de Enrique III, rey de Francia. Las Tullerías fueron residencia de los monarcas hasta Luis XIV y luego con Napoleón. El edificio fue destruido en los hechos de la Comuna de París, 1870, tras la caida del Segundo Imperio.
El día era esplendoroso, nada tenía que ver con el recorrido semi a oscuras que habíamos hecho con Cynthia hacia los Champes Elisees con el propósito de encontrar el Arc de Triómphe, que finalmente no logramos, por culpa de la escacez de rinocerontes.... Esta vez la meta era Les Invalides. Había cantidades industriales de gente, seguramente por el día festivo, aunque imagino que siempre es más o menos igual.
El regreso lo hicimos por la orilla opuesta del Sena. Ya veníamos con las reservas de energias y avanzabamos con el automático. Mis lindos y cómodas sandalias compradas en Buenos Aires me tenían los pies en la miseria y con ampollas gigantes que fueron desinflandose bien lentamente durante los días siguientes hasta terminar con trozos de piel seca y colgando que finalmente me la arranqué con las manos. Ciertamente las lagartijas nos llevan la delantera en la regeneración de miembros, pero ya es un milagro que el cuerpo logre recomponer la piel que perdemos en ampollas y otros tipos de heridas.
El Sena en nada me recordó al Mapocho, el río que atravieza Santiago y que un día debió tener un caudal más comentable que en la actualidad. No se si compararlo con el Guadalquivir siquiera, creo que no, aunque mucho se podría decir del río andaluz. Me imagino que por más lindo y romántico que sea el Sena debe tener un alto nivel de contaminación, sino se vería a los parisinos refrescarse en sus aguas en días como este 14 de julio. No me quejo, la vista es imponente, muchos barquitos están atracados en sus orillas y unos cuantos, atochados de turistas, lo recorren de un lado a otro. Un bote inflable de alguna rama del honorable ejército francés abordado por gente de la calle daba muestras de su velocidad y maniobrabilidad. Seguramente estos botes cumplen funciones humanitarias en alguna parte del mundo, donde tercer o cuartosmundistas se sacan los ojos unos a otros por razones que a la larga nadie entiende y dan la oportunidad a países civilizados de probar sus pertrechos para guerras más importantes. Como solía decir con gran sabiduría la lavandera de una pariente: qué sería de nosotros los pobres sin los ricos!! Se equivocaba en encasillar a mi pariente entre los ricos, pero eso sólo muestra el nivel de su pobreza.

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