EL ABUELO


Es hora de los recuerdos;
Desfilan, los años idos,
En desordenado concierto,
Como marionetas, con hilos,
Tirados por el abuelo.

Poquito a poco, los niños,
Abandonaron sus juegos
Y escuchan muy atentos,
Con grandes ojos abiertos,
Sentados cerca del fuego.

Un día de invierno afuera;
El viento gime y golpea
Las ventanas con tristeza;
Corren hilillos de pena
Por el cristal de la puerta..

Bracero de antigua tibieza
Chispea alegre en la pieza,
Dando su nota a la escena,
Y el abuelo allí en ambiente,
Cuenta, ríe y entretiene.

Las horas pasan volando
(Tal como pasan los años)
Y la obscuridad se presenta
Sin que la tomen en cuenta
Que no entra en el antaño.

La noche, al entrar al cuarto,
Besó los ojos pequeños,
Los chicos, al poco rato,
Sonríen al dulce sueño,
En el medio de un relato.

Los ojos que tanto vieron,
Cansados ya de recuerdos,
Miran la fez del silencio,
Con el presente contentos,
Del pasado satisfechos.

Abuelito, ya dormita,
De los atentos oyentes,
Dormitan las cabecitas.

Los grandes que son prudentes,
Con una sonrisa entre dientes,
Acuestan las criaturas,
Tapan las viejas rodillas,
Dejan la pieza a obscuras
Y luego sin gran premura,
Salen andando en puntillas.